Literatura en Canarias
sábado, 7 de diciembre de 2024
Lobos
sábado, 11 de febrero de 2023
Aldecoa y las islas Canarias
Fruto de esta relación fue la novela Parte de una historia.
Pero Ignacio Aldecoa también escribió un cuaderno de su viaje por Canarias al que tituló Cuaderno de godo.
Además de artículos sueltos sobre Fuerteventura.
domingo, 13 de noviembre de 2022
sábado, 4 de junio de 2022
sábado, 18 de septiembre de 2021
Isla Sur, Ediciones Franz
El relato corto y su limbo literario / por Alfonso Domingo
Quintero
El Premio Nacional de
Narrativa de este año ha recaído en Cristina Fernández Cubas por su libro La
habitación de Nona. De esta manera parece revalorizarse el relato corto.
Esta misma autora viene defendiendo la autonomía y el vigor de este género
literario desde el inicio de su carrera. Para comprobarlo, solo hay que
consultar la hemeroteca.
Pero es así, parecía que este género
necesitaba de un premio prestigioso para que lo aprendiéramos a valorar. Un
halo de sospecha se había cernido sobre el relato corto desde que la Generación
del 50 lo entendiera como una manera de llegar a la novela, género que goza de
todos los parabienes de la crítica, mientras el relato corto malvive denostado
por las editoriales, a no ser que seas un escritor consagrado. De este modo, se
citaba a Carmen Martín Gaite como paradigma de novelista que había cultivado el
relato como camino para llegar a la novela, en menoscabo de su quehacer como
cuentista, siendo esta producción de lo más interesante; y se olvidaba, por
otro lado, a Ignacio Aldecoa que debe su fama a sus relatos cortos, aunque
también ha escrito novelas como Parte de una historia que, como es
sabido, transcurre en La Graciosa.
Más allá de esta controversia, la de valorar
el relato corto como género literario, lo cierto es que este nace con piezas de
grandísima madurez como los relatos que forman parte de Las mil y una noche,
Calila e Dimna o, en ya pleno castellano, El conde Lucanor de don
Juan Manuel; y surca la historia de la literatura con hitos como Ficciones de
Jorge Luis Borges.
El relato corto, además, tiene la maravillosa
cualidad de vivir siempre en el presente para el lector. Los relatos no
envejecen porque su estructura no ha variado con el paso de los siglos. Es el
caso de «De lo que aconteció a un deán de Santiago con don Yllán, el gran
maestro de Toledo» del libro El conde Lucanor de don Juan Manuel, que
resulta a los ojos del lector actual como plenamente moderno y fascinante. Esto
no pasa con otros géneros donde la forma ha cambiado y evolucionado tanto que
cuando se lee, por ejemplo, un poema de los Siglos de Oro, se hacen evidentes
sus ligaduras con su momento histórico-cultural, aunque sean igualmente
fascinantes; el poema se ve totalmente sujeto a un tiempo y a un código poético
determinado. En este sentido, el relato corto es distinto, porque su estructura
se ha mantenido durante siglos, y podemos leer relatos del medievo con una
estructura interna idéntica a los relatos del siglo XXI. El relato corto vive
en su propio limbo atemporal y literario.
En los últimos años, siguiendo con lo que
tiene que ver con la estructura, se ha abusado de la idea de narrar con la
intención de que el lector, al final del relato corto, descubra que lo que ha
venido leyendo hasta entonces necesita una nueva interpretación, pero este que
escribe echa de menos los relatos con tramas fortísimas que no necesitan de
estos artificios estructurales. Hablo de la cuentística rusa: Korolenco,
Turguenév o Chéjov. Pongo como ejemplo La muerte de Iván Ilich de León
Tolstoi que no abusa de giros estructurales sorpresivos, sino que se asienta en
la fortaleza de la trama.
Mi libro de relatos Isla Sur refleja
las ideas que he expuesto hasta ahora. Es evidente que la estructura en algún
relato cobra vital importancia como en «Erbania», pero me he empeñado en
presentar tramas que por sí mismas pueden dar vida al relato. También me he
acordado, mientras escribía, de Medardo Fraile, pues he querido sobre todo
crear un ambiente, un lugar simbólico llamado Isla Sur.
En «El perseguidor» de Diario de Avisos, 26
de febrero de 2017